domingo, 20 de marzo de 2016

Más acusaciones contra Rousseff

AFP
Río de Janeiro
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y su predecesor, Luiz Inacio Lula da Silva, siguieron ayer el sábado enfrentando un vendaval de denuncias que amenazan la permanencia de la izquierda en el poder, en un país convulsionado y dividido.
El senador Delcidio do Amaral, que aceptó colaborar con la justicia a cambio de una reducción de pena en el escándalo Petrobras, aseguró que Rousseff “sabía todo” sobre los sobornos pagados durante una década por grandes constructoras a políticos y a funcionarios de la estatal petrolera.
“Lula dirigía el esquema”, pero “Dilma también sabía todo” y ambos “trataron de forma sistemática de obstruir la labor de la justicia”, acusó el exlíder del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) en el Senado en una entrevista con la revista Veja. La reacción de la Presidencia no se hizo esperar: en un comunicado, anunció que presentaría una demanda judicial contra Amaral por sus declaraciones “calumniosas y difamatorias”.
Lula ya es objeto de una investigación conectada con ese escándalo.


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